Grunge: el grito desesperado de una generación descontenta
A comienzos de los noventa, la guitarra eléctrica volvió a ser el instrumento principal, pero las letras de las canciones fueron más desgarradoras.
La imagen de Kurt Cobain, vocalista de Nirvana, con sus jeanes descocidos y sin la parafernalia escénica de las bandas de rock-pop de los ochenta, causó sensación en el mundo entero.
La palabra 'grunge' comenzó a sonar en los bares. Las franelas de los ochenta desaparecieron para darle paso a las camisas leñadoras, los tenis sucios y los jeanes rotos.
Detrás de esa estética de 'un mundo sin pretensiones', se levantaba una mentalidad muy diferente a la que provenía de los ochenta: el 'grunge' mostraba el descontento y la rebeldía, extraviadas desde el adormecimiento del punk, a mediados de los ochenta.
El 'grunge' combinaba elementos sonoros de dos corrientes: el viejo punk de 'The Stooges' (la agrupación de Iggy Pop) y el heavy metal de Black Sabbath. Así, el nuevo género se preocupaba por:
1. Recuperar el sonido de la guitarra eléctrica, puesto que en los ochenta era mucho más importante el sintetizador y los sonidos electrónicos. Sin embargo, sonaría diferente a las otras épocas del instrumento, pues heredaría de Jimi Hendrix el gusto por las distorsiones.
2. Más música y menos 'show': durante los setenta y ochenta, los artistas se preocuparon por combinar música y espectáculo, montajes en escenario, maquillaje, coreografías, etc. Los músicos de 'grunge' no solían moverse de lugar en el escenario, a menos que, al final, rompieran los instrumentos.
Las precursoras del 'grunge'
Aunque Nirvana representó desde 1991 el ícono del ´grunge' en todo el mundo, la agrupación hizo parte de una segunda ola del género que en realidad comenzó en 1985 con bandas como Green River, Soundgarden o Mudhoney.
Esta primera etapa del 'grunge' era más pesada: tenía mayor influencia del heavy metal de los ochenta. Según los críticos especializados, Green River fue la primera banda 'grunge', formada en Seattle (capital del movimiento), y sacó en ese año el primer disco, 'Come on down'.
El ocaso del 'grunge'
Con el éxito mundial de los primeros álbumes de Nirvana, como 'Nevermind', llegó también la crisis: una generación de jóvenes que encontró en el 'grunge' un espacio para desahogarse, se tuvo que enfrentar a la comercialización de la producción musical y a la industrialización detrás de los jóvenes de jeanes rotos.
Kurt Cobain, antes un joven común y corriente de Seattle, se convirtió en una estrella perseguida por los fanáticos y fábrica de dinero para las casas discográficas. Empezó a deprimirse.
A todo esto se sumó la situación compleja de su matrimonio con Courtney Love, unión que se vió afectada por el consumo de drogas y los escándalos públicos. En ese entonces, Cobain escribió una canción que revelaba, tristemente, el destino del artista: 'I hate myself and I want to die'.
El 5 de abril de 1994, tres días después de escapar de la clínica en donde se encontraba hospitalizado, Cobain fue encontrado muerto en su casa, en Seattle.
Como los otros grandes ídolos de la historia del Rock -John Lennon, Jimi Hendrix, Janis Joplin-, Cobain fue llorado por miles de fanáticos que llegaban desde diferentes ciudades del país para confirmar que la noticia era cierta.
En ese mismo instante, agrupaciones como Soundgarden ya habían abandonado el 'grunge' y comenzó el neopunk, con protagonistas completamente diferentes. Algunas bandas como Foo Fighters, Pearl Jam y Red Hot Chilli Peppers mantuvieron la onda del rock alternativo, muy cercano al 'grunge'.
Recientemente se reveló que Kurt Cobain planeaba abandonar Nirvana para unirse a Hole, la agrupación de su esposa.